VIENA, 1820: LA DESAPARICIÓN DE BEETHOVEN
Encuentra las pistas para hallar al compositor alemán antes de que sea demasiado tarde
EN EL ARCHIVO PERSONAL DE BEETHOVEN
"Agarraré a mi destino por el cuello...!"
"Si pudiera desembarazarme de mi enfermedad abrazaría al mundo entero!"
Beethoven, en una carta a su amigo Franz Wegeler
"Un escritor, o todo hombre, debe pensar que cuanto le ocurre es un instrumento; todas las cosas le han sido dadas para un fin y esto tiene que ser más fuerte en el caso del artista. Todo lo que le pasa, incluso las humillaciones, los bochornos, las desventuras, todo eso le ha sido dado como arcilla, como material para su arte; tiene que aprovecharlo. Por eso yo hablé en un poema del antiguo alimento de los héroes: la humillación, la desdicha, la discordia. Esas cosas nos fueron dadas para que las transmutemos, para que hagamos de la miserable circunstancia de nuestra vida, cosas eternas o que aspiren a serlo."
Jorge Luis Borges. La ceguera.
¡ABRAZAOS, MILLONES DE CRIATURAS!
¡Que este beso envuelva al mundo entero!
Los dos versos del título y el subtítulo de esta parte pertenecen al poema "Oda a la Alegría", del poeta alemán Friedrich Schiller. Beethoven conoció este poema en 1787 en la ciudad de Viena. Le gustó tanto que desde ese momento quiso ponerle música.
Y durante los 25 años siguientes estuvo trabajando en este proyecto. Se sabe que durante años el músico llevó el poema en el bolsillo de su casaca, consultándolo a menudo y elaborando y desechando borrador tras borrador en un pequeño cuaderno.
En 1818 comenzó definitivamente a componer la partitura final, que acabaría siendo su Novena sinfonía y que fue estrenada en 1824. Cuando viajes a la casa de Beethoven, en 1820, es probable que encuentres esbozos de esta partitura a medio componer.
Se trató de una composición revolucionaria pues, por vez primera empleaba el texto en una sinfonía. El poema de Schiller es cantado en el último movimiento por un coro y un cuarteto de voces solistas (Soprano, Contralto, Tenor y Bajo). Beethoven pensó que la incorporación del texto era necesaria para concretar la intensidad de la música de los movimientos anteriores. Además, la potencia sonora de la música resultó apabullante para la época.
Beethoven añadió estos versos propios como introducción al poema de Schiller. En su composición los entona un bajo, representando al propio Beethoven que se dirige a los oyentes:
¡Oh, amigos, dejemos esos tonos!
¡Entonemos cantos más agradables y llenos de alegría!
¡Alegría! ¡Alegría!
A continuación tienes un fragmento de la película Copying Beethoven en la que reconstruye el estreno de la Sinfonía, dirigida por un Beethoven completamente sordo que tiene que ser ayudado en la dirección una joven compositora que le ayuda con las transcripciones de las partituras.
UN ESTILO CON EL QUE CAMBIÓ UNA ÉPOCA
El cambio de estilo en la música de Beethoven a lo largo de su vida coincidió con el cambio del estilo clásico al romántico.
Escucha y compara entre sí estas dos Sinfonías de Mozart y Beethoven para comparar entre sí el clasicismo de Mozart con el nuevo estilo de Beethoven.
Entre otras características, podrás reconocer el nuevo estilo de Beethoven por:
- los acentos y sforzandos en lugares inesperados del compás
- los cambios de tono más frecuentes e inesperadas que en el Clasicismo
- las mayores dimensiones de la orquesta
LAS SINFONÍAS
Es seguro que, cuando te teletransportes a la casa de Beethoven, entre sus papeles se encontrará algún manuscrito, partitura o boceto de sus sinfonías.
Escucha los primeros movimientos y aprende a identificarlos por si te hiciera falta reconocerlas.